viernes, 4 de junio de 2010

De dios y los hombres

De Dios proviene el amor precioso, aquel que ve mas alla de nuestras acciones, de nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de nuestras ofensas a Dios, a los que nos rodean y a nosotros mismos.

Pero Dios ha querido que compartamos como hermanos, que estemos el uno en el otro. Nos ha hecho de una naturaleza que nos hace importantes no solo para él sino para el resto de nuestros hermanos. Pues provenimos del mismo padre.

Asi, aunque Dios todo lo tiene perdonado antes de que ocurra pues ya lo conoce, el perdon del nombre viene del perdon a sí mismo, del perdon a Dios y del perdon a los hermanos que tenemos cerca.

No podemos llegar a la paz de Dios si albergamos resentimiento, odio, deseo de venganza contra el que nos ha ofendido, pues eso mismo nos esclaviza y no permite que el amor de Dios florezca en nosotros. Nosotros mismos construimos nuestra propia carcel dentro de nosotros, encerrados en nuestro rencor.

Aquel que se libera, lo hace de si mismo, y de todo lo que en su corazón mora, de todo lo que le aprisiona.

Le pido a mi padre que nos enseñe a romper con las ataduras que moran en nuestro corazón para que podamos ser libres ante nosotros mismos, ante los demas y ante Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario